La marcha de ELLAS

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La fortaleza que el gobierno de México edificó para impedir el paso de las mujeres fue insuficiente. Cientos de miles de mujeres salieron de nuevo a las calles para pedir; exigir, respeto y un alto a la violencia en su contra, dirigidas por un contingente encabezado por esas madres que perdieron a sus hijas el día menos imaginado.

Miles y miles de mujeres se dieron cita y en este Día Internacional el de la Mujer marcharon. Contingentes casi incuantificables formaron la gran columna. Ellas provenían de instituciones educativas, centros de trabajo, sindicatos y colectivos en contra de la violencia.

Destacó  el colectivo de  María Elena Ríos, la saxofonista de Oaxaca atacada con ácido, fluyeron hacia un mismo punto: el respeto y reconocimiento a su aportación ciudadana.

Desde todos los estados de la República Mexicana hasta el Metro de la Ciudad de México, la voz de las mujeres se pudo ver y escuchar.

Alrededor de las 14:30 horas, salió el primer contingente de mujeres hacia el Zócalo con el colectivo “verdad y Justicia”, conformado por madres víctimas de feminicidio y desaparición.

Así inició este 8 de marzo la marcha del Monumento a la Revolución rumbo al Zócalo, al grito de “Señor, señora, no sea indiferente, se mata  a las mujeres en la cara de la gente”.

Lo mismo sucedía en todo el país. Las mujeres marcharon y gritaron su consigna, su desesperación, su deseo.

Los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana resguardaban el perímetro, pero ellas seguían avanzando con ese coraje característico de una mujer herida con deseo de justicia.  

Todas las calles y avenidas que llegan al lugar de reunión se cerraron. Algo esperado. Ellas marcharon porque sus demandas de respeto ante el acoso, el abuso sexual, compañeros y autoridades sea válido.

Hubo momentos en que la agresión y repliegue policiaco fue revelado. Atrás de la valla metálica cientos de granaderos con gases lacrimógenos las esperaban y no tardaron en actuar cuando se encontraron frente a frente. Pero ellas siguieron su camino.

Los límites físicos no las derrotaron. Llegaron, y cada vez mas.