Instituciones académicas y organizaciones sociales participantes en el foro “Etiquetado frontal de advertencia: 5 años protegiendo la
salud pública y los derechos humanos”, que se realizó en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), señalaron que esta medida ha llevado a tener una sociedad más informada para tomar decisiones de compra, aunque sigue habiendo desafíos para reducir la incidencia de enfermedades no transmisibles (ENT) como diabetes, obesidad, males cardíacos y otras.
Ariadna Tovar Ramírez, investigadora del Instituto O’Neill, dijo que los estados tienen la obligación explícita de defender el derecho a la salud, incluyendo el fomento de los factores que benefician a las personas.
Mientras que Sofía Charvel, del ITAM, señaló que “la enfermedad, de la mano del conflicto de interés está ganando la batalla. Nos hemos tardado demasiado en atender las ECNT, por lo que debemos defender el etiquetado, así como implementar otras políticas que pueden abonar a su solución”.
Por su parte, Simón Barquera, Director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (CINyS – INSP), expresó que el etiquetado frontal de advertencia ha contribuido a una reducción del consumo de calorías por menor consumo de grasas y azúcares, además de que algunas empresas han reformulado sus productos para reducir el número de sellos en sus empaques.
Indicaron que el etiquetado frontal que entró en vigor en 2020, promueve la transparencia y protege derechos fundamentales de la población, como la salud y la alimentación adecuada.