El jueves pasado, tras el “martes de salud” donde el subsecretario del desbasto, Eduardo Clark, aceptó que corrupción en la megalicitación de compras de medicamentos e insumos médicos que él mismo diseñó para supuestamente obtener las mejores condiciones para el sector público, se armó la de Jesucristo: el Tovarich Iván Olmos sale de Birmex por su favoristimo hacia diversos proveedores, será sustituido por el diputado Carlos Ulloa… posición desde la cual “le pisa los callos” al subsecretario Clark y darle un golpe en el escritorio y “un hasta aquí” a la directora de administración de Birmex, Emma Luz López.
Y es que el reacomodo en gabinete de Salud muestra un esfuerzo de Claudia Sheinbaum para, por una parte, hacer a un lado el voluntarismo e inexperiencia: y por otra atajar a los intereses, el tráfico de influencias y los cochupos generados en sexenios pasado pero profundizados durante el período de Andrés Manuel López Obrador.
Ulloa, quien fuera particular de Sheinbaum en la CDMX, llega a Birmex con la encomienda de resolver todos y cada uno de los tiraderos que dejó el Tovarich ya fuera por mutuo propio, o por instrucciones desde la Secretaría de Salud: será muy difícil que el joven Clark le pueda tronar los dedos a Ulloa como los tronaba a quien fuera un gris mando de segundo nivel -pero entusiasta propagandista- en la Auditoría Superior de la CDMX.
En tanto, el movimiento de Ulloa caló como carga de profundidad a Birmex, donde la directora de administración empezó a sudar frio. Esa misma que habría dicho “no puedo trabajar con tres jefes” en una reunión con Sheinbaum: Emma Luz estaría involucrada en la mayoría de los174 millonarios contratos asignados y que por irregularidades ya decidió judicializar la Secretaría Anticorrupción que lleva Raquel Buenrostro.
O sea que la directora de administración de Birmex estaría vinculada en los casos de mayor sobreprecio que pretendían extraer 13 mil millones de pesos al presupuesto, como en el oncológico clave 5619 adjudicado a Bristol Myers en unos 38,300 pesos pieza cuando el competidor más cercano ofertó cerca de 25 mil pesos pieza… significando un gasto adicional superior a los 400 millones de pesos.
Pero ese no es “el único pero” que Ulloa encontraría en la gestión de Emma Luz: destaca su vínculo con Juan Pablo González López, hijo del ex secretario nacional del Partido Revolucionario Instituciona, José Antonio González Fernández, uno de “los valientes” que rompió por falta de hueso con Alejandro Moreno actual líder tricolor.
Ahora ya entendemos todo.
El vínculo Emma Luz-Juan Pablo ha sido canal, se sabe, para contratar a los proveedores favoritos como PISA que conduce Carlos Álvarez y Novartis a cargo aquí de Fernando J. Cruz y que han obtenido hasta ahora en la licitación 2025-2025 contratos por unos 25 mil millones de pesos en conjunto… aunque, en el caso de PISA (contratos por unos 14 mil millones) la entrega de productos sería hasta junio o julio próximos.
Entre otros “proveedores amigos de la dupla se habla de Novag, Albertis, Alternavida y Medicamentos Naturales. Además Kosmos de Jack Landsmanas -proveedor clave de alimentos a hospitales, penales y oficinas durante el mandato de López Obrador- con la subsidiaria Darovi aunque Landsmanas diga que está en pleito con su socio Isaac Bissu.
Y bueno, para que Ulloa no se deja apantallar por expriistas conversos, se sabe que Juan Pablo ofrece gestiones a todos los proveedores ante los cambios en el gabinete pues presume “yo lo arreglo con Ulloa”. ¿Pos que sabrá?
Ulloa no le puede fallar a su jefa… pero, sobre todo, no puede fallarle a millones de enfermos y a sus familias.
Lechuga, a la Tuxpeña
Además de que Pemex esta ahogada en deudas y pérdidas, el jaloneó interno en Transformación Industrial atisba otra crisis por decisiones cuestionables y escándalos en torno al director de la subsidiaria que dirige Carlos Armando Lechuga Aguiñaga, relacionada en la anunciada compra de la Terminal Servitux en Tuxpan, Veracruz, propiedad del gigante financiero estadounidense KKR.
Tome nota: Servitux fue clausurada en 2021 por fallas técnicas y graves riesgos ambientales oficialmente identificas. No suena razonable que la paraestatal que dirige Víctor Rodríguez pague arriba de 320 millones de dólares por una planta inutilizada que además le consumiría recursos que no tiene.
O sea, la compra de esa terminal huele a rescate disfrazado de inversión estratégica… y olor lleva a personajes aquí antes identificados como, Sergio Rosado Flores, Gabriela Cano y Marisa Mendoza Muñoz, mismos que han tejido una red de poder paralela a la de la dirección de Pemex: una red para asignar contratos sin licitación clara, conflictos de interés y maniobras administrativas cuestionables tipo “Huachicol Fiscal” ante las cuales Lechuga, hasta ahora, parece muy fresco.
Esa red, ojo, gravita en la órbita de Eduardo “el Capitán” Padilla, quien amaga que, de ser expulsado de Pemex, ventilará todas las corruptelas cometidas a la sombra del slogan “Al Rescate de la Soberanía”.
La crisis de las desapariciones: el Caso Rangel
Recién se lanzó el videreportaje “Anatomía del Mal, el Caso Rangel, en donde la plataforma VIX y N+ incursionan con el documentalista Everardo González en la ruta infernal de un grupo de jóvenes que a fines de 2009 viajaron de Querétaro a Monclova acompañado a Héctor Rangel para cobrar un dinero, viaje del que este último no regresó. Bajo la producción ejecutiva de Dennise Maerker, se desmota la red de complicidades que buscan borrar el recuerdo de los desparecidos e invisibilizar la lucha de sus familias por encontrarlos.
Véalo, no sea indiferente.
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