Mientras que a nivel mundial el 11.2% de los casos de tuberculosis se atribuyen al consumo de alcohol, en México la cifra asciende al
20.52%, casi el doble del promedio global. En este escenario, las intervenciones encaminadas a disminuir el consumo de alcohol y tabaco tiene una fuerte incidencia sobre la prevalencia y el desarrollo de esta enfermedad y han mostrado tener potencial para reducir el número de nuevos casos, declara la Red de Acción sobre Alcohol (RASA) en el marco del Día Mundial contra la Tuberculosis, al hacer un llamado a la acción para establecer medidas de prevención frente a esta y otras enfermedades provocadas por el consumo de alcohol.
La tuberculosis es la segunda enfermedad infecciosa con mayor mortalidad en el mundo, después del COVID-19, superando por más del doble a las muertes provocadas por el VIH/SIDA. En 2023, se registraron 25 mil 306 casos de tuberculosis en México, con una
mortalidad del 10%, es decir, una de cada diez personas que enfermaron falleció a causa de esta enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)2 estima que en 2023 alrededor de 10.8 millones de personas enfermaron de tuberculosis en el mundo, 55% de los casos eran hombres, 35% mujeres y 10% niños y adolescentes. Y aunque no todas las personas infectadas desarrollan la enfermedad, aquellas que consumen alcohol tienen un riesgo significativamente mayor de contraerla y sufrir complicaciones.

Al respecto, Luis Alonso Robledo ,vocero de la RASA sostiene que: “La tuberculosis es una de las enfermedades más representativas de la pobreza. El hacinamiento, las condiciones insalubres y la falta de acceso a servicios de salud son factores que inciden en su prevalencia. Estas condiciones se agravan cuando encontramos también un alto consumo de alcohol y tabaco”.
Diferentes estudios han demostrado que las personas con trastornos por uso de alcohol (TUA) tienen un riesgo 2.94 veces mayor de desarrollar tuberculosis. Además, el consumo de alcohol aumenta 3.64 veces la probabilidad de recaída y 1.72 veces el riesgo de muerte
por esta enfermedad. En México, el impacto del alcohol en la tuberculosis es alarmante, pues se estima que 20.52% de los años perdidos de vida saludables por tuberculosis son atribuibles a su consumo.
La Dra. Verónica Lozano Morales, quien fue responsable del programa Tuberculosis en la Jurisdicción Sanitaria 14 en el Estado de México y, quien es miembro del Comité Técnico Interinstitucional sobre Alcohol, advirtió que “desde 2015 existe una epidemia de tuberculosis resistente a medicamentos, lo que hace menos efectivos los tratamientos disponibles. Esta hace que las medidas de prevención de contagio, como las campañas para reducir el consumo de alcohol y tabaco, hayan cobrado relevancia”.
En este sentido, RASA hace un llamado al gobierno mexicano para establecer una política nacional sobre el consumo de alcohol que incluya medidas regulatorias costo-efectivas, como: la reducción de puntos de venta, la limitación de horarios de venta de alcohol y la
regulación de promociones y publicidad de bebidas alcohólicas. Estas medidas contribuirán a reducir la carga de enfermedad y muerte asociadas a la tuberculosis y otras enfermedades relacionadas con su consumo.