La necesidad de comparar precios y calidad de artículos no debe ser exclusivo para el momento de adquirir bienes duraderos, como línea blanca, muebles o automóviles. Ejercer un consumo inteligente debe ser un hábito al momento de adquirir cualquier artículo, pues la suma de las diferencias entre los precios mínimos y máximos de artículos de consumo básico puede derivar en un costo excesivo que podría evitarse si se aplica una comparación de costos.
En este sentido, resulta que el café soluble es un artículo cuyos precios reportan una importante disparidad, razón por lo que resulta oportuno que los consumidores eviten compras compulsivas y comparen precios para evitar gastos innecesarios.
Y lo que sucede, es que, de acuerdo con los resultados de la encuesta Quién es quién en los precios que levantó la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), resulta que el café soluble (producto con alto consumo entre la población mexicana), reporta una diferencia de precios que alcanza el 65 por ciento sobre un costo mínimo y máximo de un mismo artículo.
Por ejemplo, el café soluble de la marca Nescafé Dolca, en presentación de 80 gramos mezclado con caramelo, tiene un costo de 57.90 pesos en el Soriana Híper de Echegaray, pero en el Chedraui de Arizapan se puede comprar en 45 pesos, es decir, 12.9 pesos más barato, equivalente a 28.6 por ciento.
Sin embargo, un caso más sensible se observa en el Nescafé Clásico, en presentación de 120 gramos, pues en la Bodega Aurrerá, avenida central, tiene un precio de 69.50 pesos, pero en el Super Chedraui de Vivero alcanza un costo de 89 pesos, es decir, 34.5 pesos (64 por ciento); más caro que el precio mínimo detectado en la Ciudad de México y su Zona Metropolitana, el cual es de 54.50 pesos del Soriana Híper de Perinorte.
Por lo anterior, es claro que resulta necesario evitar compras impulsivas y ejercer un consumo inteligente para cuidar la economía familiar.